“Mi madre abandono a mi padre cuando yo tenía 3 años, ni la
extraño, ni la recuerdo… Yo creo que el
hombre tiene que ser mujeriego, o sea, las mujeres somos canijas. No me gusta
que me traten bien, es como si quisiera que me castigarán con su infidelidad.” Mujer,
28 años.
“Mi madre jamás me ha dicho que me ama, yo sé que lo hace,
pero nunca me lo ha dicho. Siento como si todo mundo fuera importante para ella
menos yo.” Mujer, 40 años.
“Yo nací fuera del matrimonio, mi mamá me ama, pero creo que
le llegue de sorpresa y mis abuelos le dejaron
de hablar por mí culpa. Bueno, ya sé que no es mi culpa, pero me siento triste
de saber que le arruiné la vida, yo siento que fue así”. Hombre, 36 años.
Aunque lo ideal sería tener una “excelente relación” con
nuestra respectiva mamá, las frases anteriores son de clientes que han estado
en trabajo psicoterapéutico conmigo, y que sin darse cuenta han construido
varios aspectos de su vida basándose inconscientemente en su relación con la
figura materna y paterna (por ser Mayo, en éste artículo sólo hablaremos de la
mamá).
Para lograr un cambio y un avance terapéutico profundo y
duradero, es indispensable comprender cuál es el origen de ciertas actitudes,
de la tendencia a “reaccionar” ante las vicisitudes del día a día, en vez de
reflexionar y hacerles frente constructiva y adecuadamente.
Por favor reflexiona en
las siguientes preguntas, sólo son 5 pero muy precisas.
- ¿Describe a tu mamá? (sin juicios, sin limitarte al “deber ser”, sólo lo que venga a tu mente).
- Si tu mamá te describiera, ¿qué diría de ti, fortalezas, debilidades, etc?
- ¿Qué te hubiera gustado decirle a tu mamá y nunca te atreviste o nunca te has atrevido a decirle?
- Identifica el principal aspecto en tu vida en el que normalmente tengas problemas (amor, dinero, trabajo, etc). ¿Cómo actúa tu mamá ante éste aspecto en su propia vida?
- ¿Qué actitudes o comportamientos que ames o detestes de tu mamá has hecho tuyos?
Reflexiona en lo anterior, puede ser doloroso o liberador. Lo importante es tomar conciencia de las creencias limitantes que no te pertenecen y que tomes el papel activo en tu vida.
La mamá en nuestra sociedad e imaginario colectivo, representa
el papel protector, de seguridad, aceptación, confianza y certidumbre que
necesitamos en nuestra primera infancia para sobrevivir al medio, y en nuestra
vida adulta como apoyo incondicional en momentos difíciles. Si no
tuvimos esto o lo vivimos negativamente, seguro seremos seres humanos
frustrados, temerosos, lastimados o resentidos.
Si tienes algún pendiente con mamá (biológica o adoptiva,
presente o ausente), visualiza que se lo dices o se lo escribes, imagina que te
contestaría ella si fuera tú, cómo considerarías que el “pendiente” ha quedado
resuelto, sin juicios, sólo trata de “reordenar” el problema y ponerle
solución.
Esto no es magia, sin embargo, te ayudará a abordar el
problema desde otra perspectiva, y desde ahí dejar de estar bajo su control.
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