Padre presente, padre
ausente, padre por decisión, omisión,
vocación y/o equivocación.
Desde tiempos ancestrales,
antes que la psicología existiera, el padre-proveedor era aquel macho que
además de mantener el status quo en una manada o grupo, salía en busca del
sustento como cazador y fungía como protector de su “clan” o familia aún a
costa de su vida.
En la actualidad, el mítico
arquetipo del padre-proveedor aunque sigue en el imaginario colectivo de muchas
culturas conservadoras, ha venido a quedar en un segundo plano dando paso a
otro tipo más afortunado de paternidad. Una paternidad capaz de derrumbar los
muros del deber ser del macho alfa, y que reclama el desarrollo de un vínculo emocional
equiparable al que la madre ha desarrollado durante los 9 meses de gestación.
La figura del padre vista
bajo la lupa de diversas escuelas psicológicas, es entre otras cosas; aquella
figura de autoridad que desde la primera infancia se relaciona con la fuerza,
poder, dirección en la vida, voluntad, éxito (académico, laboral, social),
entre otros. Por lo que si ésta figura es ajena al hijo o hija, o
éste percibe a la figura paterna como agresiva, ausente y/o débil es probable
que ese niño sufra conflictos relacionados con su autoestima y
fuerza de voluntad para luchar por sus objetivos, o creerse merecedor del éxito y prosperidad.
Ser buenos padres o buena
madre-padre (si es tu caso) no es algo que venga en una receta, nuestro regalo en éste tu día son 5 tips simples pero valiosos para una paternidad incluyente
y asertiva.
1.- Dedícale por lo menos
una vez al día a cada uno de tus hijxs un espacio de tiempo y atención libre de
reclamos, juicios y ofensas. La escucha empática le brinda a tus hijos la seguridad de acudir a ti ante cualquier problema
y que por muy grave o confuso que éste sea tienen a alguien que los apoya
incondicionalmente y en quien pueden confiar.
2.- Se un padre presente. El
sinónimo “buen proveedor”=buen padre, es cosa del pasado. Es indispensable
involucrarte en las tareas de tus hijos con genuino interés tanto como sea
posible y también compartirles a ellos tú día a día. Esto refuerza los vínculos
afectivos y permiten a cada cual comprender al otro desde su territorio.
3.- Reconoce sus virtudes,
habilidades y dones. Al ser la figura paterna aquella que brinda fuerza y
autoestima, el ser motivados positivamente por ella genera en el niño/a una
autoimagen sana que le permitirá hacer frente a las adversidades con confianza.
4.- Demuestren el afecto,
emociones y sentimientos. Que el hombre no se muestre “vulnerable o débil” ante
los demás (ya que esto lo ponía en peligro y desventaja con sus contrincantes
para reproducirse o sobrevivir) es cosa del pasado. Es importante que el niño
aprenda a través del ejemplo, que llorar, enojarse, reír, amar, etc, son
emociones naturales que deben ser autorreguladas, más no suprimidas.
5.- Vive tu paternidad con
orgullo, con certeza, sin temor y con responsabilidad. Si bien no tuviste a tu
hijx 9 meses en el vientre, recuerda que eres la fuerza y voluntad que
permitirán que tu hijx reclame al mundo el lugar que le corresponde.
Permítete o permite el
acercamiento padre-hijx libre de expectativas, abriendo el corazón y la
conciencia a lo nuevo e inesperado. No permitas que gente externa a tu familia
dicte qué es lo que un “buen padre” debe ser, mientras seas responsable con tus
obligaciones y tu vínculo afectivo se base en la confianza, el respeto,
compromiso y amor incondicional tu hijx crecerá saludable y fuerte.
¡FELICIDADES PADRES!